martes, 21 de enero de 2014

Sol reflejado en las nubes

Todos hemos visto como en amaneceres y atardeceres con nubes éstas adoptan diferentes colores en relativamente poco tiempo, en función de la altura del sol sobre el horizonte, todo ello como resultado de la incidencia de sus rayos sobre las gotitas de agua o cristales de hielo que forman estas nubes.

En un mismo momento, para una posición del sol dada con respecto a las nubes y al observador, se pueden ver nubes de distintos colores en un mismo cielo, puesto que la diferente altura de las nubes determinará que las mismas se vean iluminadas por el sol de distinta manera. En esta imagen, de un atardecer de marzo de 2006 en Cieza (Murcia), los altocúmulos (nubes medias) se ven de color rojizo, mientras que los cirros (nubes altas), tendrán que esperar todavía unos pocos minutos antes de que adopten dicha tonalidad, desapareciendo entonces en las nubes más bajas, en este caso los altocúmulos antes mencionados.

En definitiva, la mezcla de nubes a diferentes alturas, en presencia del sol, nos regala amaneceres y ocasos llenos de colores en continuo dinamismo.

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